martes, 11 de junio de 2013

Votando me siento verdaderamente ciudadano

El voto, el elemento que hace sentir a los jóvenes dentro del sistema y contenidos por él


El proyecto de ley para votar a los 16, fue publicado el 12 de julio de 2012, por el senador Aníbal Fernández junto a la senadora Elena Corregido (Chaco), busca ampliar los derechos políticos de los jóvenes que manifiestan compromiso político. La ley es apoyada tanto por las juventudes militantes oficialistas como las de la oposición y también es apoyada por los partidos de la oposición que al parecer no creen que sea una maniobra Kirchnerista para atraer más votos, como muchos estudiantes afirman. Se cree que con la ley abra una apertura que significará un llamado, un interrogante, una búsqueda para que algunos de ellos, que no se interesaban en la política comiencen a hacerlo, a informarse, a formarse y a animarse a participar.
Cabe decir que las nuevas figuras políticas, son los jóvenes militantes en las distintas juventudes, que el lugar de prensa que ocupa la Campora, es muy destacable, y tiene mucha repercusión. La “nueva política”, como es llamada ya que da participación a la juventud y los pone en protagonistas, como alguna vez lo fue en los 50, el alejamiento de los mas nuevos de la sociedad de la política se produjo, por los distintos golpes de estado y las democracias débiles, que no incentivaban la participación ciudadana, un neoliberalismo que dejaba el manejo de mucho en pocos.
El incremento del padrón electoral con la nueva ley seria de un 4,75%, el incremento que tuvieron las elecciones de 1951 con la presencia femenina fue de un 45%. Las mujeres de 1951 vivían dependiendo de su marido en un sentido muy amplio, el nivel de conocimiento y aproximación a la política hasta ese entonces era casi nulo, y con el paso del tiempo, no solo se fueron presentando cargos femeninos, sino que ahora la mujer argentina, tiene un gran peso político. Las nuevas medidas siempre son vistas y tomadas con pinzas, ya ocurrió con la Ley Sáenz Peña, cuando la legalidad era a los 21 años, pero se bajo la edad para votar a los 18 años.
 En contacto con jóvenes de la edad que irían por primer vez a participar de una elección teniendo 16 años se escuchaba que, en la escuela no se los preparaba correctamente como para participar de unos comicios, o que ni siquiera en su casa se hablaba de política y por eso tendrían una gran influencia desde su hogar. La cantidad desmesurada que esta en contra de el voto a los 16 años, carece de conocimientos y fundamentos propios del tema, la frase que se cansan de repetir, “No se que me voy a poner mañana, menos a quien votar” parece como un radiograbador dentro del mismo grupo de adolescentes, al preguntarles sobre su postura ante el voto a los 16 años, universal, igual, secreto y optativo. Es notable la falta de fundamentos, aunque una minoría, que por cierto causa más ruido, defiende la ley, el derecho, como si lo habrían tenido y se les hurto.
Ángeles una estudiante del Parish Robertson nos decía que esta a favor únicamente si es opcional, claramente desconocía detalles de la ley, ella asegura que los medios ocuparían un gran lugar en la decisión de los votantes, ya que un ciudadano de 16 años, es muy influenciable por la publicidad, propaganda y programación televisiva diaria. Facundo militante de la Campora, comentaba que el gobierno esta brindando un gran espacio de participación a los jóvenes y no tendría que ser menospreciado, que aquel que no este de acuerdo, al ser opcional que no lo haga, pero que no sea egoísta al decir que todos carecen de conocimientos para participar. Jimena estudiante del Mariano Moreno afirma que es un delirio proponer esta ley, ya que ni gente de 20 años sabe a quien votar, mucho menos alguien de 16, que el espacio que brinda el gobierno es únicamente para obtener mas votos. Todos los estudiantes coincidían en que en los colegios no se habla sobre política y la información que reciben es poca, o nula. Que de la mano de la ley, tendrían que agregarse en los colegios, talleres de política, debate, etc. que no debería de faltar centros de estudiantes en las escuelas, y que esto no comience en los últimos años, que empiece desde el principio de la escolaridad.
La ley permitiría que miles de jóvenes se sumaran a los cambios políticos, sociales y económicos del gobierno como así también al modelo de crecimiento con inclusión social y redistribución de la riqueza, ampliando de tal modo el derecho de quienes hoy no pueden quedar excluidos de la participación ciudadana en su máxima expresión. Que se pierda el miedo a la participación que fue generado, por una sociedad política “podrida”.


                                                                                                                            Gianfranco Scigliano