domingo, 16 de octubre de 2011

El poder de la persuasión en las masas.

Desde el siglo XVII con John Locke se habla del liberalismo político en el cual las personas son libres e iguales y todos luchan por su sustento mientras gozan de sus derechos naturales y el resultado de su trabajo, pero hay un problema y surge cuando se establece un conflicto entre las personas y tiene que existir un mediador, que claramente es/son elegido/s por las personas.
            Actualmente se cuenta con un sistema político ya organizado que sirve de mediador y organizador del estado/nación o del pueblo, dependiendo el lugar en el mundo donde te encuentres, se observan diferentes sistemas o modelos, pero estos puestos de liderazgo para mediar la paz, son ambicionados por muchas personas que quieren tener el poder de liderar a una gran masa de personas, las formas de lograr llegar al poder pueden ser muchas, pero llegando mediante la persuasión exige de un gran labor previo.
            La persuasión no solo puede usarse para llegar y mantenerse en el poder, sino también para cambiar y/o transformar a la masa a nuestro propio antojo. De que sirve lograr que la masa no solo se adapte a nuestras reglas si no que también las haga cumplir, si lo único que queremos cuando nos perpetuamos en el poder es que nos obedezcan como sus lideres máximos, logrando que la masa no solo obedezca, si no también sea participe activo del dominante, se logra establecer una relación mas fraternal y no tanto de líder y obediente, cuando lo que en realidad quiere el líder es eso. Entonces al tener a una masa mas fraternal se puede consensuar las reglas y mitigarles las nuevas medidas como beneficio a ellas sin que sean así necesariamente.
            Estando en el poder y teniendo el control de las masas se puede uno asegurar un buen pasar allí siempre y cuando el descontento de las minorías sea controlado. En la Argentina un hecho de ese estilo ocurrió en un gobierno de carácter “populista”, el gobierno de el General J. D. Perón cuando el mismo decía: “Conducir no es mandar, conducir es persuadir.” de esta forma se nota claramente como este ex presidente argentino logro perpetuarse durante una década en el poder mediante la persuasión, y que  luego fue derrocado por la minoría desconforme.
Para lograr persuadir a una masa, un factor muy importante es contar con la figura de un líder carismático, que sea el cual represente al movimiento, cuando el líder carismático se aprovecha de su capacidad y se vuelve hedónico, pierde el control, la masa no dejara de seguirle ya que sus son para ellos lo correcto, se puede ver con Adolf Hitler líder carismático de la Alemania Nazi.
Pero que ocurre cuando la figura del líder se vuelve mas importante que el líder mismo, y sus ideales ya impuestos son ley absoluta sin poder modificarse por el líder, es decir, la masa que ha logrado tener un cambio en su vida de descontento y se ha visto beneficiada por el nuevo modelo, no quiere que este cambie su desarrollo ya que atentaría contra ellos mismos, el fanatismo logrado se vuelve tan perjudicial para la masa como para el líder mismo, ya que la masa se puede olvidar de el líder humano, pero no de la figura, puede existir el líder siendo este alguien desconocido, ya que la masa necesita obedecer a alguien ciegamente sin necesidad de conocerlo realmente.
De que el control de la masa mediante la persuasión es efectivo, no hay dudas, pero que el control obsesivo y las transformaciones a efectuar en ella sean notorias, tampoco hay dudas de que tendrán un desenlace poco cordial, el líder carismático nunca deberá perder la cordura ya que es la vértebra del grupo, como también deberá controlar el fanatismo, para que sus seguidores tampoco pierdan el control, y como todo esto resulta difícil  y prácticamente imposible, el control de la masa mediante la persuasión termina siendo un arma de infinitos filos para la masa y el mismo líder.
Gianfranco Scigliano

No hay comentarios:

Publicar un comentario